Luna lunera
Miró hacia el cielo y preguntó—¿de qué se ha llenado? La inocencia infantil cuestiona matices obvios que los adultos pasamos de largo. Nuestro mundo pierde la fantasía e ilusión por recrear animaciones en la naturaleza y en el cosmos. —¿Si se llama luna llena será por algo? —insiste. La miras con detenimiento y descubres sus montañas, sus océanos, tal vez algún ser fantástico que te saluda con su mano, pero imperceptible a tus ojos racionales que sólo ven un calendario lleno de tareas en tu agenda diaria. Ciérralos para juntos imaginar una excursión por sus cráteres. Mochila y agua para el camino. Hasta se te dibuja una sonrisa y vuelves a ser niño. ¿A que ahora puedes recordar que también TÚ preguntabas por qué el mar tenía tanta agua? Como un cuadro al óleo no puedo ni quiero olvidar a ese niño rubio de ojos azules, mirando al cielo a través de la puerta de madera azul desgastada. Esa que cerraba el pequeño patio,pero que, entornada, dejaba que la mano l...