Al igual que nuestras vidas tienen momentos de alegría y otros algo más tristes, siempre es conveniente tomar aire y avanzar. Siempre adelante. Las olas no se cansan de acariciar la orilla porque saben que ese es su destino. Ello no impide que jueguen con las gaviotas, nos arrastren las conchas del fondo del mar para que las admiremos. Se muestren altivas en días de tormenta. Te deslumbres con las estrellas que desliza el sol sobre ellas. Así es la vida. Puedes vivirla o simplemente contar los días.