La caja de bombones

 






La vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te va a tocar. Aunque también cabría decir que muchas personas no saben lo fuertes que son hasta que superan obstáculos impensables mientras están imbuidos en ellos.

La rueda de la vida nos mantiene en danza hasta que ella dispone. Pensamos que podemos transformar las cosas a nuestro  antojo, pero no es así. Formamos parte de un entramado tan complejo que somos una simple peonza que rueda según los hilos que se van estirando o aflojando. No queremos que nos deje el ser amado. No queremos que nuestros amigos se trasladen a otros lugares. Tememos perder a los miembros de nuestra familia. Pero todo esto no depende únicamente de nuestra voluntad. Hay otros factores que determinan su trayectoria y que son ajenos a nuestro poder.

Pero si algo tenemos en valor es el poder de ser felices. Mantener nuestras conciencias preparadas para respetar a aquellos que deciden permanecer a nuestro lado desinteresadamente. Aprender de cada rayo de sol, porque nos lo permiten nuestros ojos. Respirar. Respirar es la vida. Es el halo de existencia que muchas personas carecen porque deben estar conectadas a una máquina para luchar por estar vivos. Respirar, tan simple para unos y tanto esfuerzo para otros.

La palabra. Para comunicar nuestros deseos. Para dar consuelo y para recibirlo con oídos limpios de amargura. Dar y recibir abrazos. Esa conexión que revitaliza nuestra esencia gracias al contacto físico.

 Cosas tan sencillas y tan olvidadas en ocasiones como que no todos los bombones de la caja nos van a gustar.

Comentarios

  1. Com has explicat amb tendresa, la realitat que està passant.

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  2. La por es necessària per ser superarada! M'agrada com vols atendra-la des de l'essencial! Preciós!

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