Reencuentro


 Tienes hoy una mirada tan intensa que parece que se te amontonen las preguntas sin dejar espacio al aliento que necesitas para respirar. Me siento ruborizada ante tanta intensidad. 

Después de tanto tiempo pensé que no me ibas a impresionar de la manera que lo estás haciendo en este mismo instante. ¡Hemos tardado tanto tiempo en encontrarnos! Te he buscado siempre que recorría los lugares que frecuentabas con el recuerdo de aquellos días que tanto me hiciste disfrutar.

Imaginaba mil historias sobre tu ausencia, pero claro, tu ideal de vida te ha llevado por mil rincones.  Has vivido siempre en plena naturaleza y cerca de los ríos del agua más dulce que pudieras encontrar, te gusta aparecer en los ambientes más selectos aunque también la aventura te ha sorprendido más de una vez.

 No he dejado de pensar en la suavidad de tu piel, el aroma que dejabas a tu paso y el sabor que quedaba cuando nos transformábamos en ese momento mágico que siempre iba acompañado de una copa de vino. Blanco, porque era el que mejor correspondía al paladar. A los dos nos gustaba seco, de sabor intenso. Cerrábamos los ojos y nos transportábamos en un mismo cuerpo. Una misma esencia.

La sutileza de nuestro juego se rendía a las manecillas del reloj. Perdíamos  la noción del tiempo. Tú  deslizándote entre mis dedos y yo evitando que escaparas . Sabías comportarte de forma escurridiza cuando querías y eso me trastornaba.

En otros momentos me pedías que te sorprendiera con aquello que más te gustaba, siempre exquisiteces,  y que te envolviera como si fuera un sueño en un manto plateado simulando querer guardar todo el calor posible. Me guiñabas un ojo como el niño que ha hecho una travesura y no quiere que se enteren sus padres. Y así pasábamos la noche hasta que el sueño nos alcanzara y yo siempre evocándote.

Todo era armonía. Éramos muy jóvenes, tu cuerpo más menudo que ahora, pero no nos importaba.

Hoy por fin, tanto evocar tu recuerdo, te he reconocido entre la multitud.

Nos hemos mirado y he comprendido que querías volver conmigo.

Hemos dado un pequeño paseo hasta llegar a casa, a mi nueva casa. He de decirte que he abierto un restaurante y quiero que lo conozcas. Hay amigos que se alegrarán de verte. Casi diría que están deseando verte.

La emoción  era compartida. 

Lo he preparado todo para volver a pasar una noche como las de antes, pero cuando te he mirado a los ojos no he sentido la intensidad de antaño. Interpreto angustia en tu boca. Me siento alejada y me transmites una sensación de vacío como nunca antes la había experimentado. Tu piel no es tan tersa. Me da la sensación que cargas con el peso de las batallas que habrás tenido que librar. Mi corazón se está contagiando poco a poco de decepción y mi cabeza gira de derecha a izquierda como un zig zag entre  tus ojos y tu boca.

Se oye murmullo entre la gente del restaurante y una voz me está llamando:

-¡Gabriela! La mesa número dos está esperando.

 En fin, amigo, creo que llegó el momento. Tengo el  horno preparado y en el menú de esta noche ofrecemos "trucha al papillote".

Comentarios

  1. Como siempre fluyen las palabras, hoy con presencia de un pequeño sentimento oculto que duele, pero todo pasa con el tiempo. Por lo menos eso dicen algunos.

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  2. Intriga! Es un amant? Es ..
    .? El relat et transporta en la búsqueda en el temps i les sensacions. Genial!! M'ho he passat molt bé!

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  3. Eixe papillote.....amaga molts secrets.
    Confesables?

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  4. Tempus fugit… però sempre ens queden els records…

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  5. Como fluyen las palabras, el relato te envuelve en esa delicadeza y belleza que haces de la descripción de ese encuentro, que te atrapa y en el párrafo final te desconcierta.
    Me ha gustado

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