¡Ya se van!


 Como un mantra repetido de madrugada con voz queda en el silencio  de la noche.

 Ya se van.

 No busques su significado. Es sólo una expresión cargada de sentimiento. Un hilo que conecta a  personas  y que sólo ellos  saben descifrar. 

Ya se van.

No importa si hace calor o si hay que abandonar las sábanas calientes en las gélidas o ventosas noches de invierno. Tampoco si la vuelta a casa será fructífera o si vendrán con las manos vacías. ¿Te has parado a pensar?

Ya se van.

¡Hay tantos oficios invisibles!

Las manos entumecidas por la congelación bajo las estrellas sea en calma o en temporal. 

Nosotros en cambio, sólo tenemos que ir a la lonja y regatear el valor económico del pescado. Un precio tasado que no compensa el esfuerzo y la vida del marinero.

 Y mientras, acostados en nuestra cama, oímos el leve rumor de los motores de los barcos abandonado el puerto. El silencio de la noche es testigo de la partida  y repetimos día tras día:  ya se van. Ya se van los marineros a faenar con sus barcos. 


Comentarios

  1. Y tú tienes la suerte de sentirlos marchar y te haces la película, la gente que no estamos cerca del mar, nos perdemos esas vivencias que hace valorar las vidas que nos proporcionan los manjares del mar.

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  2. Es un sonido muy duro para los fsmiliares,pero al mismo tiempo es señal de bienestar económico, se van y vuelven cargados de riquezas que nos da nuestro querido y maltratado Mediterráneo

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